Ojalá no sustituyamos los paraísos artificiales (drogas, azúcar, fotones, etc.) por la realidad humana. Ojalá no nos perdamos en los laberintos de la soledad. Ojalá aprovechemos la tecnología no para aislarnos, sino para conectarnos.
Por Enrique Sánchez. 12 junio, 2023. Publicado en Correo, el 10 de junio de 2023.El Metaverso fue un fracaso. Ahora se presenta Apple Pro Vision: unas gafas llenas de sensores, que permiten integrar cualquier experiencia multimedia en tu entorno físico. Las gafas, por cierto, son opacas: los ojos los recrea una pantalla exterior.
Los celulares generaron ejércitos de zombis que deambulan por las calles encorvados, adictos a sus pantallas. Estas gafas son, más todavía, una oda al aislamiento: un elogio de la soledad. Son una triste celebración del entretenimiento y el goce solitarios.
La soledad es una de las principales causas de depresión. Y hasta de desequilibrio mental (el encierro de la COVID-19 aumentó las teorías de la conspiración). La soledad es la antítesis del ser humano, que es un animal social. Por eso se utiliza en las cárceles como castigo.
La felicidad es, ante todo, amar y ser amados. Es disfrutar de relaciones humanas frágiles, pero significativas. De vínculos de afecto: padres e hijos, parejas, amigos. Es el abrazo, la caricia, el beso. El tono y el timbre del amigo querido, de la voz amada.
Ojalá no sustituyamos los paraísos artificiales (drogas, azúcar, fotones, etc.) por la realidad humana. Ojalá no nos perdamos en los laberintos de la soledad. Ojalá aprovechemos la tecnología no para aislarnos, sino para conectarnos. Y antepongamos siempre la conexión y la vida física a la digital.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.